El pintor de la guerra de Vietnam

Entre los retratos sobre dictadores que pintó Golub en los setenta está la serie sobre Franco. Este, de 1976, muestra al personaje en el año 1940. En sus cuadros, los hombres poderosos parecen máscaras, seres sin vida. COLECCIÓN HARRIET Y ULRICH MEYEREl Museo Reina Sofía trae por primera vez a España la pintura de historia del estadounidense Leon Golub

Por primera vez se expone en España la obra del pintor Leon Golub. Este poco conocido artista estadounidense (Chicago, 1922- Nueva York, 2004) osó pintar lo que la sociedad de su país no quería ver: Vietnam, los mercenarios, los interrogatorios, es decir, los excesos de su política exterior, unos temas que la muerte de Osama bin Laden devuelve a la actualidad. El Museo Reina Sofía acoge en el palacio de Velázquez, en el Retiro madrileño, esta exposición, un centenar de obras de un pintor incómodo, que podrán contemplarse hasta el 12 de septiembre.

Golub no solo desafió al pensamiento dominante en su país, sino también al modelo de arte que imperaba cuando se dio a conocer, en los cincuenta. Él apostó por una nueva pintura de historia, con referencias a personajes y sucesos reales. Una obra que, como dejó dicho, "es una invitación a un lugar en el que nadie querría estar". El director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, ha destacado hoy, en la presentación de la muestra, que "los personajes de Golub miran al espectador y este siente cercano su dolor". "Es un arte en el que la figura es muy importante, son formas toscas, rudas", ha señalado. El director de la pinacoteca ha explicado que ese estilo le granjeó críticas, "hubo quien decía que no sabía pintar, cuando era un dibujante buenísimo".

La opresión política y militar, "el abuso del poder", están de manera constante en las pinturas de Golub, como ha subrayado su amigo Jon Bird, profesor de la Universidad Middlesex de Londres y comisario de la exposición Leon Golub.

Los abusos

Qué mejor ejemplo de esos abusos y violaciones de derechos que Vietnam, matriz de esta muestra. Golub, muy influido por Los desastres de la guerra, de Goya y el Guernica, de Picasso -que vio de adolescente-, respondió al cuadro del malagueño con otro alegato antiguerra, Vietnam II. En su serie sobre este asunto se aprecia qRetrato de un dictador. Una de las salas reúne sus retratos de dictadores, como este Pinochet, (1976) IV. COLECCIÓN HALLue Golub era "un consumidor masivo de información", señala Bird, era un artista muy pendiente de lo que ocurría a su alrededor. Siguió esa línea con la serie Napalm, de la que también hay un ejemplo en el palacio de Velázquez. En sus cuadros del conflicto que perdió EE UU en el sudeste asiático "hay trozos de lienzo cortados, lo que era una forma de acercar al espectador a la obra".

La muestra también recorre otras etapas de Golub. Entre ellas sobresale la de los Retratos políticos: Franco, con seis cuadros -incluido uno del dictador en el ataúd-, Pinochet, Mao Tse-Dong, Fidel Castro... Bustos a tamaño natural que surgen como máscaras, sin apenas vida, en colores apagados. Bird ha explicado que su amigo pintó "unos cien retratos entre 1976 y 1979, tomados sobre todo de fotografías publicadas en los periódicos. Para él eran ejemplos de la representación mediática del poder".

Influencia de lo clásico

Sin embargo, el artista había comenzado con obras de influencia clásica, como su revisión del tema mitológico de la lucha entre dioses y gigantes, la Gigantomaquia II, de 1966. Fue en los ochenta -ya tenía un importante reconocimiento en su país-, cuando se centró en pinturas como Mercenarios, Interrogatorios o El prisionero, denuncias de la actuación de EE UU en Centroamérica. "Cuando empezaron a aparecer las fotos de la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, era imposible no asociarlas a esos cuadros", ha destacado Bird.

El artista evolucionó y en los noventa dejó paso a la ciudad, poblada en sus lienzos por perros rabiosos y leones que merodean, son pinturas que incluyen textos irónicos, "lo que recuerda a los grafitis", según Bird. "Golub refleja la vida de la calle" en esos cuadros, ha agregado su amigo. Para acabar, en los últimos años de su vida, cuando su quebrada salud no le permitía hacer más grandes lienzos, se despidió con una serie en formato pequeño de dibujos carnavalescos llenos de personajes mitológicos. Bird ha finalizado su presentación remarcando el que fue siempre motivo central de la obra de su añorado compañero: "Decirle la verdad al poder".

Gigantomaquia. El tema de la violencia está en la obra de Golub. (Cortesía de The State of Nancy Espero y Stephen, Philip y Paul Golub).
Golub plasmó los excesos de la política exterior estadounidense, sobre todo con obras que reflejaban su actuación en Centroamérica. Ese es el tema de Mercenarios IV, de 1980, uno de sus cuadros más célebres. COLECCIÓN HARRIET Y ULRICH MEYTER
El interrogatorio. La muerte de Bin Laden pone de manifiesto la perpetua actualidad de las obras de Golub. Este cuadro de 1981 pertenece a su serie sobre interrogatorios. Los temas elegidos por este pintor dificultaron el reconocimienton de su valor. THE BROAD ART FOUNDATION
'Jugueteando'. No solo se fijo este artista en temas escabrosos. También tuvo gusto para el juego, el carnaval. Como muestra este Jugueteando III, de 1983. (The Eli y Edithe L. Broad Collection)
Vietnam. El artista nacido en Chicago era un consumidor masivo de información. El horror de la guerra de Vietnam ocupa una parte importante de su obra. Este enorme cuadro, de 1973, preside la sala principal de la exposición sobre Golub. (Cortesía de Harriet y Ulrich Meyer)
'El prisionero'. Mientras su salud se lo permitió Golub se implicó en cuadros de grandes dimensiones. El Prisionero, de 1989, (243,8 x 459,7) recoge uno de los temas favoritos del pintor. La violencia del poder y el dolor de quien lo sufre. (Colección Harriet y Ulrich Meyer).

Manuel Morales, Madrid: El pintor de la guerra de Vietnam, EL PAÍS, 4 de mayo de 2011