Una mirada inédita de Velázquez

El profesor Peter Cherry, experto en arte español del XVII, atribuye al genio sevillano un óleo hallado en una colección particular del Reino Unido. La revista 'Ars Magazine' muestra la obra en su último número.

Imagen del lienzo 'Retrato de hombre', atribuido a Velázquez según el estudio de Peter Cherry en 'Ars Magazine'.El azar, en combinación con la mirada curiosa, suele estar detrás del hallazgo de nuevas piezas que se añaden al puzzle incompleto de la producción pictórica de los grandes genios. Esto ocurre especialmente en aquellos autores poco aficionados a rubricar sus obras, caso de Diego Velázquez (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660). De nuevo, la fortuna se ha cruzado en el camino de un lienzo -mezclado entre "una remesa de cuadros británicos mediocres"- que podría engrosar el listado de los retratos sin nombre del maestro sevillano. En esta ocasión, la historia parte del interés de una antigua alumna de un curso de pintura española del profesor Peter Cherry, del departamento de Historia del Arte y la Arquitectura en el Trinity College de Dublín, al contemplar en una pequeña obra "la indumentaria española que luce el retratado". La estudiante recordó que "su sencillo cuello de golilla era una prenda de atuendo cortesano que sustituyó la gorguera como símbolo de la austeridad del nuevo reinado de Felipe IV", como había tratado en clase hacía muchos años. Así lo cuenta el propio Cherry en el artículo de portada del nuevo número de la prestigiosa revista Ars Magazine, ya distribuida entre suscriptores y librerías especializadas, que muestra por vez primera este Retrato de un hombre, obra localizada en el Reino Unido procedente de la antigua colección de Matthew Shepperson (1787-1874), un pintor británico de escaso recorrido.

El cuadro, un óleo sobre lienzo de apenas 47 centímetros de alto y 39 de ancho, fue retirado de una subasta celebrada en Oxford en agosto de 2010. Según recuerda Cherry, durante la vida de Shepperson hubo en Gran Bretaña un creciente interés por el arte español y, en especial, por la obra de Velázquez. En los años posteriores a la Guerra de la Independencia se asistió a un crecimiento de la importación de pintura española en Inglaterra y, dice el autor del texto, "por más que Shepperson no sea conocido como artista-coleccionista, tenía evidentemente buen ojo y bien pudiera haber adquirido el cuadro como ejemplo de una cabeza excelentemente pintada". En cualquier caso, estas circunstancias imprecisas explicarían que esta pieza nunca fuese incluida en la bibliografía sobre Velázquez y muestre hoy evidentes signos de desgaste y suciedad.

Fechado entre 1632 y 1635, es decir, tras el primer viaje a Italia del pintor, el cuadro representa a tamaño natural a un hombre de entre 50 y 60 años, cuya sola mirada, de una fuerza y solemnidad magníficas, habla de la personalidad y autoridad de este desconocido. En cuanto al estilo, Cherry recuerda que "la cabeza está iluminada desde un punto elevado y frontal, de forma que concuerda con los retratos del período madrileño de Velázquez", para ponerlo en relación con otros de sus retratos como el de Francisco Pacheco o el Retrato de Juan Martínez Montañez, ambos conservados en el Prado, entre otros ejemplos de su mirada frente a los demás.

Por último, el análisis radiográfico del cuadro -para conocer el material y los procedimientos pictóricos empleados- señala que las características del lienzo se ajustan a las empleadas por el sevillano en los años centrales de su carrera y concuerda, en opinión del autor, con el retrato ecuestre del Príncipe Baltasar Carlos o a la Santa Rufina que custodia la Fundación Focus.

Indica Fernando Rayón, en la carta del director que abre este nuevo número de la revista, que "por cada cuadro del maestro que hemos publicado", como La educación de la Virgen, hallazgo presentado por John Marciari en el número de julio-septiembre de 2010, "hemos desechado algunos más que no nos parecían dignos de aparecer en nuestras páginas. Pero este Retrato de hombre sí". El respeto y atención con que los investigadores saludan cada nuevo número de esta revista, el rigor documental de los estudios y las firmas que participan convierten esta aún joven publicación trimestral en una referencia internacional en el ámbito del arte. Con todo, el terreno de las atribuciones no es una ciencia exacta y el estudio del profesor Cherry es la primera palabra de un debate que deberá ser trasladado al resto de la comunidad científica, al que deben sumarse las necesarias tareas de limpieza. Será finalmente el Museo del Prado, máxima autoridad en la producción velazqueña, la institución encargada de autentificar una obra que podría ampliar el legado del universal maestro sevillano.

Patricia Godino, Sevilla: Una mirada inédita de Velázquez, El Día de Córdoba, 8 de octubre de 2011