El retrato alemán en el Museo Thyssen

El Museo Thyssen-Bornemisza sigue celebrando su 20 aniversario con la puesta en marcha de diferentes actividades, entre ellas el ciclo expositivo <miradas cruzadas>, que relaciona obras de distintas épocas y estilos de la colección de la pinacoteca. En este contexto se inscribe «Rostros y manos, pintura germánica antigua y moderna», la segunda entrega de esta serie, que el 22 de mayo de 2012 se inaugura y que podrá verse en la sala mirador de la primera planta hasta el 2 de septiembre.
«Jesús entre los doctores», de Alberto Durero. MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
El retrato es uno de los géneros pictóricos mejor representados en los momentos clave de la historia. Pero puede que sean el Renacimiento y el siglo XX las dos etapas mejor representadas y las que más tienen en común. Todos ellos tienen una manea similar de jugar con las miradas, con las manos o las joyas del retratado. La exposición consta de diez obras fundamentales en la historia del retrato y permanecen a la colección permanente del museo, salvo el retrato de Carl Leo Schmidt (1911), de Oskar Kokoschka, perteneciente a la colección Carmen Thyssen-Bornemisza. De hecho,se ha realizado una exquisita selección de obras de Alberto Durero, Lucas Cranach el Joven, Otto Dix y Max Beckmann, entre otros, pone a dialogar al Renacimiento germánico con el Expresionismo y la Nueva Objetividad surgidos en Alemania tras la Primera Guerra Mundial.

Anónimo alemán. 'Retrato de una dama  con la Orden del Cisne', 1940.
Anónimo alemán. 'Retrato de una dama
con la Orden del Cisne', 1940.
Como destacó Dolores Delgado, del área de Pintura Antigua del Museo y comisaria de la exposición, durante su presentación a los medios, los artistas de ambos movimientos se interesaron por el hombre y su imagen, así como por su exaltación a través del arte. “En ambos periodos”, explica, “el interés del hombre por su imagen fue muy especial. Los hombres poderosos (por su economía o situación social) querían ser retratados”. En común tienen el mismo tipo de fondos azules o verdosos, la misma atención a las manos, la inclusión de detalles orientativos de la ocupación del retratado. Así, el hilo conductor de la muestra es la fuerza de los gestos, que se expresa a través de los rostros y las manos, y que refleja cómo maestros antiguos como Alberto Durero («Jesús entre los doctores», 1506, es la estrella de la muestra) o Barthel Beham, que cuelga enfrentado a los retratos de Max y Leo Schmidt firmados por Oskar Kokoschka en 1911 y 1914, influyeron en artistas del Expresionismo y la Nueva Objetividad germana como el propio Kokoschka (del que se exhiben dos retratos sublimes) u Otto Dix. “ A su vez, el retrato de Ruprecht Stüpf realizado por Barthel Beham en 1928, tiene mucho que ver con el de Hugo Erfurth con perro, firmado por Otto Dix en 1926. Son juegos de miradas cruzadas. Es una manera de invitar al visitante” concluye la comisaria ” a recorrer la colección permanente. Son diferentes propuestas de contemplación que iremos mostrando a lo largo de estos meses, hasta octubre, cuando se cumplan las dos décadas de la llegada de la colección”.

La muestra ofrece así un paseo pictórico de primera magnitud en el que se advierten similitudes en los esquemas de representación, así como el interés de los maestros de ambas corrientes por el detalle y su obsesión por retratar la psicología de los retratados a través de los gestos. En definitiva, el retrato se convirtió, para ambos movimientos, en el vehículo perfecto para reflejar la expresividad del hombre, de ahí su enorme relevancia en dos épocas separadas por siglos de diferencia. Curiosamente, como destacó Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, el retrato es uno de los géneros pictóricos de mayor calidad y cantidad de la colección permanente del museo y también uno de los preferidos del primer barón Thyssen-Bornemisza y de su hijo y fundador del museo, Hans Heinrich.

«Autorretrato con la mano levantada», Max Beckmann. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Autorretrato con la mano levantada», Max Beckmann. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de Ruprecht Stüpf», Barthel Beham. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de Ruprecht Stüpf», Barthel Beham. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de una mujer», Lucas Cranach, el Joven. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de una mujer», Lucas Cranach, el Joven. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA

«Hugo Erfurth con perro», Otto Dix. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Hugo Erfurth con perro», Otto Dix. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato del Dr. Haustein», Christian Schad. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato del Dr. Haustein», Christian Schad. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de Max Schmidt», Oskar Kokoschka. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Retrato de Max Schmidt», Oskar Kokoschka. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Carl Leo Schmidt», Oskar Kokoschka. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
«Carl Leo Schmidt», Oskar Kokoschka. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
 Christoph Amberger 'Retrato de Matthäus Schwarz', 1542. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
Christoph Amberger:  'Retrato de Matthäus Schwarz', 1542. MUSEO THYSEEN-BORNEMISZA
I. Martín Rodrigo, Madrid: La pintura germánica antigua y moderna se dan la mano en el Museo Thyssen, ABC, 22 de mayo de 2012
Ángeles García, Madrid: El retrato alemán en diez obras maestras, EL PAÍS, 21 de mayo de 2012