Sobre restauraciones poco afortunadas y polémicas

El apresurado y erróneo pegado de la barba del faraón Tutankamón, desprendida por una imprudencia, recuerda otros controvertidos trabajos de restauración de obras de arte, tal como el que sigue:

1. Daños irreparables por una imprudencia
La zona del pegado en la errónea restauración de la máscara de Tutankamón
La zona del pegado en la errónea restauración de la máscara de Tutankamón. ABC
La máscara de oro de Tutankamón, la obra de arte egipcio más famosa del mundo, ha sido dañada de forma irreparable al pegar la barba rota por una imprudencia con el peor pegamento que se pudiera haber elegido, una resina epoxi que se utiliza para la construcción de aviones o automóviles por ser el más resistente. La máscara tiene ahora la barba pegada de tal forma que no podría desprendérsele ni con una tracción de media tonelada. Entre la barba y la barbilla se aprecia una línea clara de resina que rellena los huecos y los daños en el dorado al retirar las rebabas con papel de lija. Todo ocurrió en octubre, cuando un empleado del Museo arqueológico de El Cairo abrió la vitrina de exposición de la máscara para cambiar una bombilla y al mover la pieza, rompió la barba. A la imprudencia y el temor al escándalo que provocaría, se unió entonces la decisión de reparar el daño de forma urgente, sin supervisión científica. En las antiguas fotografías de la máscara se observa cómo encajaba a la perfección. Ya nunca volverá a ser igual.

2. El nuevo pene de Marte y las manos de Venus
La escultura, antes y después de la restauración. EFE
La escultura, antes y después de la restauración. EFE
«¿Por qué en China las esculturas aparecen como nuevas mientras que a las nuestras les faltan los brazos y las cabezas? Completad esa estatua», ordenó en 2010 el entonces primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, al encargar la reposición del pene a Marte y de las manos a Venus, las estatuas que forman parte del conjunto escultórico «Marte y Venus», que se encuentra en el pórtico de honor del Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno. La operación «de cirugía estética» del grupo escultórico de mármol, que costó 70.000 euros, violó las reglas de conservación para piezas de valor histórico, para las cuales se prohíbe que se engañe al espectador y se deben evidenciar los pedazos originales y aquellos restaurados. Las estatuas, del año 175 d.C, fueron descubiertas en Ostia, cerca de Roma, en 1918 y representan al dios de la guerra y a la diosa del amor con los rostros del emperador romano Marco Aurelio y su esposa Faustina. Habían sido prestadas por un importante museo romano, a petición de Berlusconi, lo que también generó polémica.

3. El caballero de la mano en el pecho, sobre fondo gris
El «Caballero de la mano en el pecho», antes y después. ABC
El «Caballero de la mano en el pecho», antes y después. ABC
Al «Caballero de la mano en el pecho», de El Greco, una de las obras más célebres del Museo del Prado, la restauración a la que fue sometido en 1996 le hizo perder buena parte de su misterio. El fondo dejó de ser negro, para transformarse en gris, y no faltaron voces que acusaron al restaurador Rafael Alonso de haberse pasado con la limpieza de los barnices oxidados y los repintes. El asunto llegó incluso al Congreso de los Diputados. En el documental «Fondo para un caballero», el licenciado en Bellas Artes Emiliano Cano señaló que la restauración se había basado en suposiciones erróneas y se hizo con prisas ycontraviniendo protocolos internacionales en materia de restauración.

4. «La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana», de Leonardo
El lienzo conservado en el Museo del Louvre, antes y después de la restauración. ABC
El lienzo conservado en el Museo del Louvre, antes y después de la restauración. ABC
El Louvre había abandonado años antes la idea de la restauración de «La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana», de Leonardo da Vinci, por miedo a que los disolventes empleados para retirar los barnices afectaran al «sfumato», pero en 2009 se retomó aquella vieja idea y un año después comenzó finalmente la restauración del cuadro. Para ello se designó un comité científico internacional de 20 miembros, pero en octubre de 2011 saltó la polémica al alertar la revista especializada «Journal des Arts» de los riesgos que suponía para el cuadro el tipo de intervención escogida. Algunos expertos denunciaban que la restauración podía borrar de los rostros de la Virgen y el Niño el sfumato leonardesco y que proporcionaría a la obra unos brillos que nunca tuvo. Creían que la intervención era demasiado agresiva, según relató entonces ABC. El Louvre se defendió argumentando que las acusaciones no tenían fundamento alguno y que los trabajos eran necesarios y urgentes, pues se estaban borrando los rostros del Niño y de Santa Ana, así como detalles del vestido de la Virgen y del paisaje del fondo. Sin embargo, dos reputados miembros del comité científico abandonaron el proyecto, en desacuerdo con el método seguido en la restauración de la obra.

5. El «Ecce Homo» de Borja
El Ecce homo, antes y después de su repinte. REUTERS
El Ecce homo, antes y después de su repinte. REUTERS
Con buena intención, aunque poca pericia, la octogenaria Cecilia Giménez trató de restaurar el Ecce homo pintado en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia de la localidad zaragozana de Borja, obra de Elías García Martínez. El resultado, dado a conocer en agosto de 2012, dio la vuelta al mundo. «Todavía no había terminado la pintura», se excusó entonces esta aficionada a la pintura, que utilizaba una fotografía del cuadro de hace 10 años para la restauración de la obra, dañada por la humedad. La mofa inicial acabó en un fenómeno turístico desconocido hasta la fecha en Aragón. En año y medio, 90.000 personas habían acudido a ver el esperpento pictórico. «Ya no se dan las avalanchas de las primeras semanas y meses, pero sigue habiendo muchísimas personas que acuden expresamente a Borja atraídos por el Eccehomo del Santuario de Misericordia», explicaba el pasado mayo a ABC el alcalde de la localidad, Francisco Miguel Arilla. «Raro es el mes que haya menos de 700 u 800 visitantes», indica.