Alemania, preparada para devolver el primer cuadro de Gurlitt a sus dueños

«Dos jinetes en la playa», de Max Liebermann
«Dos jinetes en la playa», de Max Liebermann
El Gobierno alemán ha firmado ya la orden para restituir a sus legítimos propietarios el primer cuadro del tesoro de Cornelius Gurlitt que se ha comprobado que fue robado por los nazis, el lienzo «Dos jinetes en la playa», de Max Liebermann, que perteneció a la familia del coleccionista judío David Friedmann. La secretaria de Estado de Cultura, Monika Grütters, encargada de rubricar la orden, mostró en declaraciones a «Der Spiegel» su satisfacción por haber concluido un capítulo de un proceso que trata «no tanto de valores materiales, como del reconocimiento de las biografías de las víctimas».

«Dos jinetes en la playa» es una de las alrededor de 1.500 obras halladas en las viviendas que el fallecido coleccionista alemán Cornelius Gurlitt tenía en Múnich y Salzburgo, centenares de las cuales se sospecha que pudieron ser confiscadas por los nazis a sus dueños. El pasado noviembre, los gobiernos de Baviera y de Alemania y el Museo de Arte de Berna, al que Gurlitt legó su tesoro antes de morir,cerraron un acuerdo para que los cuadros sospechosos permanecieran en suelo germano mientras se investiga su origen. El grupo de trabajo creado especialmente para estudiar cada obra sospechosa y la documentación que pueda aclarar su origen lleva meses enfrascado en su tarea y hasta el momento ha declarado oficialmente como «arte robado» tres obras del tesoro de Múnich.


Junto a «Dos jinetes en la playa» de Liebermann, se encuentran el lienzo de Matisse, «Mujer sentada», del marchante de arte francés de origen judío Paul Rosenberg; y el dibujo «Tocando el piano», de Carl Spitzeg, reclamado por la familia del editor de música Henri Hinrichsen, que murió en 1942 en Auschwitz. Según «Der Spiegel», el cuadro de Liebermann fue reclamado por un abogado neoyorquino, superviviente del holocausto y sobrino nieto del propietario original.